Cuarteto Casals. Wigmore Hall. Haydn, Mozart y Schubert.

Estás aburrida en la cola de las cabinas y como todo el mundo está sumergido en la tecnología, pues ea, te metes tú también. Y resulta que recibes un email masivo ofreciendo entradas a £5 para el concierto. Tchsss! Que le den a las cabinas, a mí esa entrada no me la quitan.

Todo pianista ha escuchado mil veces la frase “Esto debe sonar como un cuarteto”. Pero sinceramente, que levante la mano el que de verdad alguna vez lo haya sentido. Pocos, estoy más que segura. Y la razón es porque los pianistas no solemos escuchar este tipo de agrupación, y hoy me he dado cuenta del enorme error que cometemos.

El cuarteto era un todo, un instrumento formado por cuatro que interactúan y se apoyan entre ellos. Escuchaba cada una de las voces aparecer y desaparecer dando su opinión en el discurso, disputa o amorío. Veía las caras de los intérpretes, jejje qué cracks. Una chispa a la española, aunque los españoles no lo sepan.
Lo que ha sido un poco decepcionante ha sido el teatro en sí. Muy “normal”, pero lo que no tiene queja es la programación. Tres conciertos casi a diario. A medio día, a media tarde y por la noche. Cuándo te apetece el próxmo?
Ahora entiendo muchas cosas. Gracias Cuarteto Casals, mañana estudiaré de otra forma.

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