Lang Lang. Philarmonia Orchestra. Royal Festival Hall.

24 de Mozart y 2ª de Beethoven.

Patético. Desde que entró hasta que salió. No sé si alguna vez había sentido vergüenza ajena en un sitio de los grandes como es este. Y qué pena que programen a este tío dos veces en la misma semana. ¿Por qué fui? Para corroborar mi opinión de que Lang Lang es un gilipollas. Sabía que no me iba a gustar el concierto, porque no me gusta como pianista ni como persona, pero había que darle una oportunidad, por si acaso. Ay que lástima de 14 libras. Por lo menos luego hubo cura de conciencia con la sinfonía, pero qué espanto.
Para empezar salió saludando como los toreros, y haciendo un gesto al público como de “tranquilos, ya estoy aquí”. Pa seguir el traje. ¿Traje? Con los botones de la camisa brillantes a lo más puro Jony, sin corbata, pajarita o lo que fuera que tocara, y con el flequillo ese largo y engominao que se lleva ahora. No podía verle los pies pero no me extrañaría nada que llevara las zapatillas que lo patrocinan. 
Empieza la orquesta y el otro a actuar. Soy yo el director y le doy con una sartén en la cara esa que tiene. ¿Qué haces payaso? Redirigiendo a la orquesta, dando las entradas, dándose las entradas a sí mismo, haciendo parasismos con una mano cuando la otra no tocaba, haciendo gestos como de pajaritos cuando había agudos, inflándose cuando tocaba pianos… O sacudiéndose la solapa de la chaqueta a lo sobrao y haciendo el gesto de flequillo Pantene. No me podía creer lo que estaba pasando ahí. Porque el asiento era detrás de la orquesta, sino me levanto y me voy. 
Tanta exageración y extravagancia me alejaba de la música, y apenas pude percibir un par de cosas. Está claro que para hacer tanta parafernalia hay que dominar mucho la partitura, y bravo por eso, pero tsss… No me interesa. En absoluto. Menos me interesa el bis que hizo, el Vals de Chopin que siempre toca para llevar al límite su exhibicionismo. Unos zambombazos al pedal… Unos golpes al piano… 
Y lo más penoso de todo fueron los “bravos” de la gente. Está visto que Lang Lang es la Belén Esteban del piano.
Me pareció un insulto hacia el concierto. Ejem, ¿do menor? ¿Seguro? Pues estamos apañaos. Un insulto al director, la orquesta y sobre todo a Mozart y Chopin. Recuerda Lang Lang: no eres ni nuca serás mas grande que ninguno de ellos

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