Britten Sinfonia and Choir. Barbican. El Mesías.

Por lo menos una vez en la vida hay que verlo en directo. Quizá no más, porque a partir de la segunda hora empieza a dolerte el culo, pero merece la pena. 

El coro impone, yo creo que aunque no cantaran, verlos a todos ahí me haría pensar que va a pasar algo grande. Y lo fue, fue muy grande. Entiendo que sea una de las obras maestras pero digo entiendo porque supe entender. ¿Cuántas veces hemos dicho “yo esque la música barroca un rato bien pero más ya…”. Invito ahora a preguntarnos… ¿Entendemos más de un rato? Quizá ese sea nuestro problema, que no sabemos escuchar lo que no estamos acostumbrados a escuchar. No puedo evitar nombar las clases de música antigua y clave del conservatorio, sin las que probablemente este Mesías me hubiera parecido un poco mentiroso.
Cuatro solistas brillantes de los cuales uno era contra tenor. Uy que impresión, qué raro; cerrabas los ojos y escuchabas una mujer, los abrías y veías un hombre. Castrati?
Algo que me sorprendió fue que cuando llegó el Aleluya la gente se puso de pie. ¿Religión? ¿Entonces por qué no escuchamos el Ave María de las bodas de pie? ¿Respeto? Pues me pondré de pie en la 9ª de Beethoven también. ¿Postureo inglés?

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