Otro concierto más del profe, pero sin hablar de él.
Este me ha gustado más que el Rosamunde Trio; tenía un aire más fresco, más joven (la media de edad era mucho más baja, jeje) y un repertorio más intrigante.
El trío con el que empezaron hubiera sido espectacular si el violín primero no hubiera pegado tantos zapatazos al suelo, madre mía si le dolería el pie y todo… Un poco estrambótico y sobreactuado me parecía él y algunas veces el viola. Y no sé que le pasó a la gente este concierto con los zapatos porque a la chelista le podíamos haber tirado un par de tomates por los botines rojos estilo Doroti que llevaba. La perdono porque era muy buena pero…
El Schnittke me pareció una pasada. Una obra realmente para escuchar y entender el porqué de muchas cosas, de las cinco almas que parecían agonizar.
Y después nuestro querido Brahms, que siempre queda muy bien. Aunque lo tengamos todos muy escuchado siempre hay algo nuevo que descubrir, sobre todo la manera en que cada instrumento dialogaba con otro.
Y el sitio, qué bonito es! Una iglesia habilitada como sala de conciertos a la que se entra por una escalerilla de caracol. Muy acogedora pero fría, un par de radiadores no hubieran venido nada mal.

Estar en la biblioteca y que te digan que hay entradas gratis para dentro de menos de una hora. Así va una más contenta! Pero llegamos tarde, muy tarde, justo para el famoso aria del primer acto que nos dió la bienvenida. Así que tampoco puedo ser muy cruel hoy. 

Me gustó mucho, algunas imperfecciones en la soprano y un ruidito irritante de fondo que me ponía negra pero apasionante en general. El sitio no es muy grande pero sí muy acogedor, “lovely” dirían los de aquí. Pero lo que me mató es que fuera en inglés. Sacrilegio! Qué le corten la cabeza! Lo siento mucho pero sonaba muy feo… Ay qué penilla me dio. Pobre Bellini si levantara la cabeza… Cuando está escrito en otro idioma es por algo, no? De quién fue la genial idea de traducirlo? Acaso nos atrevemos a modificar la partitura? Entonces por qué cambiamos el idioma? No sé, a mí no me parece muy bien.

Otto Nicolai: Overture, The Merry Wives of Windsor
Erich Wolfgang Korngold: Violin Concerto in D, Op.35
Interval
Edward Elgar: Symphony No.1

Primera parte indiferente. La obertura bien, sin más, para abrir el concierto, pero que petardo de violinista. Me aburre. Sí, lo de siempre, técnica muy bien y todo en su sitio pero que coñazo, no hizo nada. Cero sensaciones. Me pareció muy joven y me puse a investigar. Resulta que tiene mi edad y está enchufadilla con el que lleva el cotarro en el Southwark. Así cualquiera pero también ahora entiendo por qué estaba casi vacío y las entradas fueron regaladas.
Sin embargo la sinfonía me pareció brutal, quizá una de las mejores que haya escuchado en directo hasta ahora. 

Schnittke: Pianissimo

Shostakovich: Cello Concerto No.2
Bruckner: Symphony No.3
Interesante el Pianissimo este pero por otra parte… Para qué quieres tantos instrumentos si al final ni siquiera se van a escuchar? Dos pianos, celesta, clave, guitarra eléctrica??? Eins??? Aj…Compositores… Sin embargo no era mas simple que un 4/4 perfectamente medido. Bien hecho.
Y después salió esta pequeña pero gran mujer. Con la espalda corvada y costándole andar; llegó, vió y venció. Definitivamente me ha quedado claro que no hacer nada con la música es hacerlo todo. No poner nada de nuestra parte es ponerlo todo. La música es la que es, no somos quiénes para desvirtuarla, y en la pureza está la esencia. Natalia no hizo nada y lo hizo todo. Con sinceridad, como el compositor escribió para que fuera traducido, sin aportar más ni menos. Sin decir ni más, ni menos.
El que era un payaso era el director. Me da igual que sea fulanito de tal, tener nombre no lo libra. El tío tiraba la mano y sálvese quien pueda. Qué vértigo me daba, bendita orquesta, como siempre, grande en la sinfonía.

Turangalila.

Sorpresa de escuchar Messiaen dos semanas seguidas? El problema es que la sorpresa no aparecería si fuera Beethoven o Brahms.
Me parece música para la élite, y todavía “diferente” de escuchar para mí, así que sinceramente me pregunto cómo afronta este tipo de conciertos el público porque, con tickets agotados, imagino que no será músico. Pero entrará en juego el nombre “Orquesta Simón Bolívar”, “Gustavo Dudamel” y blablá más que el programa.
Son buenos, se han enfrentado a este reto, pero me gustaría escuchar la obra a otra orquesta, o esta orquesta con otra obra, para poder juzgarla, porque ahora mismo no me veo capaz. Ha estado genial, la obra es brutal, lo de las ondas una pasada, pero no puedo decir más.
Lo que sí digo es que había una Drag Queen de solista de piano. Vestida cual bola de discoteca que no podía ni moverse por el escenario con trampolines por zapatos. Cuando salió, la gente se asomaba desde el gallinero pa verle la raja de la falda. A mi me van a perdonar pero me parece una falta de respeto no sólo al lugar, público, música y compañeros, si no también a ella misma. De verdad necesitas hacer eso para llamar la atención? Puedo atreverme a llamarlo falta de confianza en uno mismo? Me recuerda a la pava esa que da las campanadas en España; al final está visto que cada uno hace lo que le dala gana, así que me callo. 
Ah sí, se llamaba Yuja Wang.