Erina Takahashi, Odette and Odile
Yonah Acosta, Sigfrido
No podía irme de Londres sin ver el ENB y el Royal Albert Hall, y la combinación de ambos con el Lago de los Cisnes fue explosiva. Realmente ha sido una experiencia que voy a recordar con mucho cariño, por estar tocando esta música y por el gran regalo que fue verlo.
El teatro se las trae. Es un auténtico coliseo: enorme, precioso, con una iluminación espectacular. No sé realmente cómo describirlo, porque sólo me viene a la mente eso: “grande y precioso”.
La orquesta molaba, y molaba la directora. Me dio mucha impresión cuando empezaron a tocar y a salir los bailarines… Estábamos ahí, ¡viendo los patitos! Estoy muy pava pero es que fue como un sueño. Ya he visto este ballet un par de veces pero no, no tiene nada que ver. Esta gente es de otra liga y así lo demostraron. No hubo nada que no fuera extraordinario, qué emoción. Fue brutal, brutal la escena del lago cuando empiezan a salir tutús y cisnes de un lao y otro… ¿Pero cuántos había? Fui capaz de contar sesenta cabecillas pero podría decir que alguno más había en escena. Qué grande. Qué solistas más brutales. Yeah, bravo por esta gente. Gracias por esta gente.