Estudios de Liszt y Rachmaninoff
Shostakovich, arreglo del cuarteto no. 8
Teniendo en cuenta que Boris es un pianista moviéndose a un alto nivel en las grandes salas, me pareció que tenía un problema tremendo en el balance de voces. Las melodías no proyectaban y los acordes no estaban timbrados. Demasiada mano izquierda. Tenía que afinar el oído para seguir las líneas de la música. Especialmente en Liszt. También tuve la sensación de que estaba cansado o le faltaba fuerza, o quizá no supo encontrar su sonido en una sala pequeña y llena de sofás y alfombras.
Lo que fue diferente y más interesante quizá fue su arreglo del cuarteto de Shostakovich, donde se le vio más sumergido y donde produjo sonidos y colores más llamativos, sacando la agresividad que eché de menos en el resto del concierto.